TESTIMONIO:
Conocer la realidad penitenciaria femenina fue por lejos el mejor
lugar donde obtuve este primer acercamiento como futura profesional
del área social. Resulta fascinante la sutileza femenina que cada una
guarda en su interior; mujeres guerreras, sensibles, hermosas, críticas y
entusiastas son solo algunas de las palabras que describen a este grupo
extraordinario de mujeres.
Fue por esto que rápidamente cedí ante la autentica verdad de ser
yo la afortunada en conocerlas y aprender de ellas, siendo un grupo comúnmente
rezagado de la sociedad logré ver sus heridas y comprender que son
corazones como cualquier otro; muchas veces carentes de amor, de un abrazo o de
una simple palabra de aliento.
La cárcel suele ser un mundo hostil para el que este allí, y en ese
sentido el taller de escritura vivencial del que gratamente fui parte otorga un
momento único de confianza y cariño donde compartimos experiencias,
emociones, risas, tristezas y alegrías sumamente necesarias para el proceso de
sanación del que cada una fuimos parte.
Puedo concluir que me llevo un corazón lleno de alegría por este bello
trabajo; cada momento en que las conocí, en que las escuché, el ser testigo de
cada triunfo y derrota, cada risa, cada lágrima y cada palabra es parte de
la increíblemente enriquecedora experiencia que fue esta primera
práctica profesional. Sin duda está será una etapa que acompañara mi camino a
nivel profesional y personal, porque logar ver a otra persona en su totalidad
no se aprende en una sala de clases pero si a través del contacto
real, ese que nos enseña a ser seres humanos sintientes.
Victoria Pinuer
Estudiante Trabajo Social
Universidad de Los Lagos